Capítulo 12

LA PROCESION


Diz que las gentes vienen de todas partes, de todos los lados que usté se pueda imaginar. Los unos a caballo y de gauchos, sus jinetes, enarbolando banderas rojas enormes en altas cañas de tacuaras, los otros caminando nomás, a pata, como pueden; algunos a dedo, muchos en bicicletas, muchos en colectivos rentados pa’ la ocasión, unos pocos con el auto propio… Muchos de rodillas, lastimándose en el suelo…
Diz que parece que ese día todo el rojo invadió al verde del campo pa’ lucirse, ¿vio?, con ese rojo endemoniado del color rojo punzó que colorea la infinidad de banderas, cintas, pañuelos, vinchas, mantos y demás accesorios que los devotos y promeseros traen pa’ pedir la bendición de Antonio, ¿vio?, pa’ pedir la bendición del Gaucho nuestro…
Diz que es un precioso espectáculo ver las gentes y las gentes llegando y portando cada una algo pa’l Gauchito, pa’ darle pa’ pos pedirle, ¿vio?, le traen vestidos de novia, anillos de casamiento, rosarios, estampitas, cruces, camisetas y pelotas de fútbol, muletas, sillas de ruedas…
Todos los 8 de enero el Pay Ubre tá de fiesta, che, se nos ha muerto el Gauchito, mi lo han asesinado fiero, pero todos los años, ese día, los correntinos nos juntamos pa’ festejar…Pa’ festejar la bendición de tenerlo todito el tiempo con nosotros, ¿vio?, un Antonio convertido en un angelote inmenso, más grande y azul que todo el cielo entero, tan transparente como el agua de las lágrimas que Gauna lloró al asesinarlo y al obtener su perdón, con los enormes ojos de oro del puma de la montaña, con los ojos color de la miel del gato del monte y con ese poder hipnotizador en la mirada que tan sólo Él tenía, con la faja y el pañuelo y la vincha rojas, del mismo color rojo punzó de la divisa federal, ¿se acuerda?, de ese mismo color, con unas gigantescas alas de ángel tan blancas y tan de azúcar como su propia piel de gaucho muerto….
Él siempre viene silbando un chamamecito alegre, de esos que al mismo tango lo hacen revolcarse de la envidia…Tiene las alas tan bien puestas y tá tan buen mozo siempre el Antonio…Es el angelote y el Santo más bello y más hermoso que cualquiera se pueda imaginar, más bello tá y más lindo que cuando arriaba las chinas en las payadas, más joven que nunca, más alegre y contento que lo que nunca hubiera podido ser en la Tierra…
Un angelote inmenso pleno de luz que nos lleva y que nos cuida y que nos ama más allá de todo, que nos protege y que nos sostiene en los momentos más difíciles, en los momentos en que solemos caernos y pareciera como que ya no pudiéramos levantarnos más, ¿vio?, porque así como él los guió y los protegió pa’ mostrarles la senda y pa’ que no se perdieran y no desfallecieran por el camino, que ya estaban y venían bastante maltrechos y además los acompañó pa’ que lleguen, sanos y salvos al Pay Ubre, a Gauna, el que fuera su verdugo y a López, Gutiérrez y Asuna, los que fueran sus secuaces; el Gauchito Gil es así con todos, con todos los que lo siguen, con todos los que lo adoran, no importa si alguna vez antes, cuando él hubiera estado en vida le hubieran hecho algún daño, Él siempre entendió que debía de ser generoso con todos por igual y repartir sus bendiciones y junto con ellas sus milagros pa’ toda la paisanada, de manera ecuánime y justa, que es como siempre se había movido para con sus acciones mientras estuviera vivo…
Todos los 8 de enero el Pay Ubre está de fiesta porque en la tumba del Gauchito, lo que hoy es el Santuario, nos juntamos pa’ festejar…
No tanto pa’ festejar su muerte, vea, vea y anoteló, sino más bien, pa’ festejar su resurrección ya en calidad de Santo, porque si bien el Antonio, como todos dicen, tenía algunas cualidades y dones excepcionales, fue bien notorio, como dijo él antes de morirse, que su sangre llegó a Dios y que le llegó bien, y que como era la sangre de un ajusticiado en injusta condena porque Él era inocente, pos, entonces fue ahí po que Él empezó con los verdaderos milagros que ya vienen a calificarlo más que como sanador como Santo, po, el primero jue el del hijo del Gauna, el Anselmito, que a ese sí, che, que supo salvarlo de una muerte que venía bien fulera y pos jueron los otros, los que vinieron viniendo y los que todavía siguen sucediendo, en todas partes, todo el tiempo, porque diz que ahora hay Santuarios del Gauchito por todas partes, entonces las gentes le pueden orar y pedir allí y no venir hasta el Santuario del Pay Ubre… De todos modos, todos los devotos hacen lo imposible pa’ venir aquí pa’ juntarnos pa’ recordar el día de su asesinato, ¿vio?...
Como viene tanta gente (este año, en enero de 2009 llegaron a 250.000 personas), hay muchos devotos que prefieren instalarse en las carpas y a la vera del camino unos días antes pa’ tener mejor lugar, ¿vio?, y diz que hay muchos que prefieren quedarse, también, unos días después, pa’ poder orarle mejor al Gaucho, pa’ poder agradecerle con más calma, porque el 8 de enero es, siempre, nuestra fiesta popular, la más querida y la más esperada de todas las fiestas, no sólo del Pay Ubre sino de toda la provincia de Corrientes, y, pa’ muchos, de todita la Argentina Entera…
También saben llegar gentes del Paraguay, del Brasil o del Uruguay que vienen a rezarle a nuestro Gaucho y a pedirle por sus desgracias y sus males…
Y diz que tiene efecto el Antonio, che, diz que a todos, toditos, los saca bien, bien enderezáos como quien dice, con la Vida y con la Historia y también con sus propias gentes… Que eso es importante, che, vea, vea y anoteló, el que uno sepa reconciliarse con los suyos y limpiarse de rencores y de asperezas y de envidias, porque los tuyos son los tuyos y a la final, son Tu Gente, es decir, todo lo que tenés, no importa si tenés plata, auto, casa, trabajo, antes que nada tenés Tu Gente y el que no sabe agarrarse de eso y cuidarlo, se va al carajo, es al pedo pero se va al carajo, ¿vio?, porque la Gente es lo único que lo sostiene a uno, no los bienes materiales, que esos, vio como es, o se rompen o se pierden o se pasan de moda, la Gente uno la tiene siempre, pero la gente es como las plantas, po, si uno no las riega se secan y si las riega demasiado se pudren, y ¡buéh!, ¿vio?, es así, ¡¡¡Qué le vamo a hacer…!!!
Diz que la fiesta es pa’ conmemorar la muerte del Gaucho, pa’ juntarnos a orarle y a pedirle, los milagros y las bendiciones con las que él siempre nos tiene acostumbráos…
Hay muchos de la Iglesia Católica que no tán de acuerdo pos, con que nosotros oremos al Gauchito y le atribuyamos milagros y por eso no van, pero, ¡buéh!, si así es, nosotros no inventamos, el Gauchito hace milagros y cómo, y es más, siempre se dijo, que los milagros, sobre todo en lo referente a sanaciones y curaciones que tenían que ver con salvar de la muerte a alguien, ya los venía haciendo de vivo, de cuando era gurí, vea, porque diz que parece que Él era de los que tenían el don, no sólo de aplicar el Arte de Curar, sino también el don de perdonar y de amar y que con eso, que es el más importante y más grande de todos los dones, Él podía curar el alma de cualquiera, y si le había logrado curar el alma, que se le curara el cuerpo al tipo era, vea, náa más que una cuestión de tiempo, porque entonces el paciente se salvaba, se salvaba siempre…
De todos modos, ¿vio?, hay muchos de la Iglesia Católica que sí creen en el Gauchito y en la devoción que su gente le tiene y también son devotos de Antonio, quiérase o no, y los más valientes saben mostrarlo al público… Por ejemplo el párroco de la Iglesia de Mercedes, el que sabe oficiar una misa pa’ orar y pedir la bendición por el alma de Antonio en el Santuario en donde él juera muerto y pa’ ello viene con la Cruz de Gil a cuestas, caminando, de’ la Iglesia de Mercedes trayendo la Cruz en los hombros tal cual Gauna la hubiera traído hace tantísimos años atrás, y luego, en el mausoleo que oficia de altar, bendice la Cruz frente a todos y a todas y pide por el alma del Gauchito en una misa muy larga y emotiva en donde, además, bendice los asistentes…
Diz que es un verdadero espectáculo la multitud de devotos y promeseros que van hasta la Iglesia de Mercedes y luego vienen con el curita portando la Cruz de Gil a cuestas, caminando, los ocho kilómetros que los separan del Santuario pa’ que allí, pos, en el cruce de las rutas provinciales 123 y 119, en el Mausoleo erigido pa’ tal fin, frente a la escultura gigante del Gauchito y frente a toda la multitud de promeseros, el cura bendiga en una misa muy larga toda la vida y toda la obra de Antonio y pida por su alma…
Diz que la ceremonia empieza de temprano, che, porque deben ir a buscar la Cruz de Gauna y al párroco a la Iglesia de Mercedes, y pos, cuando vuelven todos juntos, peregrinando y cantando, ya todo es una fiesta, vea, porque nosotros le rendimos culto al Gauchito con la alegría, con la alegría por su existencia, con la alegría de su bendición, y entonces, en la procesión, nunca hay naides llorando, ni rezando ni suplicando, vamos todos cantando a la ida, venimos todos cantando y bailando a la vuelta, che, escuchando chamamé como es de rigor, con algún sapukay atolondrado estallando en medio de la multitud cada tanto, como también corresponde; algunos ya hacen la peregrinación con los instrumentos que se trajeron pa’ venerar al Gauchito y de paso van tocando, y de paso, ya que tamos, también vamos bailando, dele, dele chamamé, y a veces también cumbia que esa la traen los que son más del litoral, ¿vio?, no los mesopotámicos… Por esto mesmo diz que somos paganos, ¿vio?, por venerarlo al Gauchito con festejos y alegrías y bailes y fiestas… De más tá decir que cuando el cura termina la misa, al mediodía más o menos, se produce una algarabía general entre los asistentes y pasamos a bailar y a cantar y a veces duramos varios días bailando y cantando y también, ¿por qué no decirlo?, tomando vino, cerveza, y comiendo asaditos o sino esos chori chori bien ricos que venden en los puestos… Por esto mesmo dicen las gentes “bien” que nosotros somos paganos, por esto mesmo lo dicen las autoridades de la Iglesia, ¿vio?, pos, porque se supone que pa’ venerar a un Santo, uno tiene que guardar recato, respeto y sumisión y orar en silencio y con arrepentimiento y vea, don, la verdá es que no, que nosotros no nos arrepentimos de nada, no nos arrepentimos de vivir como vivimos ni de adorar los santos que adoramos ni creemos les haiga mejor adorarlos con sufrimiento en lugar de adorarlos con alegría, ¿vio?, porque diz que los que amaban las grandes fiestas pa’ adorar a sus santos y en ellas bailaban y cantaban varios días seguidos, y de paso, se chupaban bien chupados, po, eran los guaraníes, los que diz que exterminaron con la colonización blanca que trajeron los españoles, pero se ve, po, que tan exterminados no tán, porque el santuario y el oratorio principal y los santuarios y oratorios que se crearon en todo el país, incluso endejuera del mismo, pa’ adorar y orar al Santo más popular de la Argentina, tienen siempre esta fiesta encima y este baile y este canto tan característicos no sólo de algunas etnias que nos pertenecen sino también de nuestros sectores poblacionales más humildes y más numerosos…
También debe de ser una cuestión de rispeto, ¿vio?, porque se me ocurre, ahora que toy pensando, que diz que es cierto que la mamá de Antonio era guaraní y el papá español, y bueno, po, será pa’ rendirle homenaje a la mitad india del Gauchito que nosotros lo festejamos así…. Pa’ homenajear a ña Encarna, ¡puéh! que todos dicen que era la luz del sol de buena, vea, vea y anote… Pos porque tá bien que uno nunca olvide sus raíces ni a las culturas a las cuales pertenece, las culturas que lo parieron como quien dice… Porque diz que los guaraníes enterraban a sus muertos cantando y bailando en verdadera fiesta popular con comidas típicas y mucha música y bebida, y que las ceremonias de purificación espiritual eran a través del baile y la música popular… Nunca lloramos pa’l 8 de enero… No nos arrepentimos ni maldecimos a la Historia porque haya sido así… Todo lo contrario… Agradecemos al Tata Dios por habérselo llevado al Antonio, a nuestro Gauchito, en ese momento de su vida, tan joven, tan buenmozo, tan alegre, tan soñador, pa’ convertirlo luego luego en nuestro mejor Santo, en el Santo que nos protege y nos cuida siempre, de todo y de todos también y por sobre todas las cosas de nosotros mismos que eso es lo más difícil de lograr…
Diz que es un verdadero espectáculo las filas de promeseros que van pasando arrodillados por frente al altar con las velas rojas encendidas, que le rezan al Antonio y luego dejan la vela y siguen, pa’ que pase el siguiente, ¿vio?, sino todos juntos no dentran…. Y así, che, uno tras otro, este año, pos, pasaron trescientos mil tipos, ¡quién diría!, tanta gente, che… Y ¡buéh!, diz que Él siempre fue así, que le gustaba estar siempre entre medio de las gentes, curando, haciendo justicia, prediciendo milagros…
Diz que es un espectáculo la multitud de jinetes con las tacuaras embanderadas que van y las dejan en el Santuario haciendo promesas y rezando sus oraciones…
Diz que es un espectáculo la multitud de niños y niñas que vienen a orarle al Gauchito y dejan en su altar toneladas de dibujos y retratos y objetos de regalo que pa’ ellos son preciosos: muñecas, álbumes de figuritas, autitos, pelotas, los rollers, otros juguetes que también les significan mucho… Y que ellos también llevan y dejan las velas, prometiendo y pidiendo…
Dicen las doñas que pa’ pedirle al Guachito las velas deben de prenderse con el pabilo hacia abajo, así, patas pa’ arriba, ¿ve cómo?, en la misma posición que el Antonio fuera degollado así como se degüellan a las gallinas pa’ que se desangren mejor y queden más tiernitas, al principio cuesta, ¿vio?, porque diz que se apagan, hay que hacerle varios intentos a cada una… Las velas deben de ser rojas, nunca de otro color y se deben depositar pidiéndole al Gauchito o en el algarrobo en donde el Antonio fuera degollado o en el nicho detrás de la Cruz de Gauna….Otra manera de pedir es escribir en una cinta colorada de raso el pedido y colocarla por la noche en un cruce de caminos, apoyada en la rama de un árbol, de un alambrado o en un palo clavado en la tierra (si es una caña tacuara mejor); hay que pasar la cinta entre los dedos mientras se le pide al Gauchito lo deseado por el promesante mientras se reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Credo… Diz que así se puede pedir al Gauchito en cualquier cruce de caminos en donde, en general, se han construido ya santuarios para los devotos… Diz que las cintas se pueden llevar en la muñeca ya bendecidas para tener salud, trabajo, amor, felicidad y bienestar material y, sobre todo, se atan a los autos o los vehículos de transporte pa’ protección contra los accidentes de tránsito… Diz que es de buen gusto de todos los viajeros que en cada cruce de caminos en donde está instalado un Santuario del Gauchito, el conductor debe tocar tres bocinazos bien fuerte y saludar y seguir su camino sin bajar la velocidad, diz que si no lo hacen es de malos augurios pos porque es posible tener algún accidente…. Pa’ bendecir las estampitas, ¿vio?, hay que apoyarlas nos segundos por sobre la Cruz de Gauna y luego luego ya están bendecidas y sirven, también, pa’ pedir y dar trabajo, amor, salud y dinero…
El Gauchito sigue siendo, pa’ la mayoría de los correntinos Curuzú Gil (curuzú quiere decir cruz en lengua guaraní), esto en referencia a la cruz que Gauna hiciera e instalara en su tumba, porque es imposible separar al Gauchito de su cruz, ambos son una sola y única cosa, como fue el alma de Gauna y la de Antonio en el momento de su muerte, y es el Santo más venerado, más adorado y más importante de nosotros, el Santo nuestro, nuestro Gauchito…
Él que volvió hecho un ángel después de muerto… Él que eligió volver con nosotros hecho un Santo… El Gauchito… Pa’ servirle, ¿vio?... De ahí viene la voz popular: “…Haceme la gauchada…”, “…Fulano o Mengano es tan gaucho…”
Diz que volvió pa’ cuidarnos… Pa’ que no nos perdiéramos en esta Vida… Pa’ darnos suerte… Pa’ protegernos y curarnos… Pa’ que no nos enfermáramos… Diz que dicen que….

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